Los conflictos humano-animal son cada vez más frecuentes, serios y generalizados debido a la expansión demográfica de los seres humanos. Esta invasión ha traído consecuencias a los hábitats de las especies originarias de esos espacios, causando constantes interacciones con éstos. Si este fue su espacio y ellos buscan reclamarlo ¿son miembros de nuestra sociedad o nosotros de ella? ¿Qué tanto estaríamos dispuestos a ceder el espacio que ocupamos con las criaturas no-humanas que lo han habitado previamente?
¿Qué son los conflictos urbanos humano-animal?
De acuerdo al Grupo de Especialistas en Conflictos y Coexistencia Humano-Vida Silvestre de la Comisión para la Supervivencia de Especies (CSE) de la UICN(2022), los conflictos entre humanos y fauna silvestre surgen cuando la presencia de los animales silvestres implica una amenaza (que puede ser real o percibida y directamente recurrente) para los intereses y necesidades humanas; lo que podría generar desacuerdos entre comunidades y hasta impactos negativos tanto en la gente como en la fauna silvestre.
De hecho, en un reciente informe de WWF(2021) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estos conflictos implican una de las principales amenazas para la supervivencia a largo plazo de especies representativas de nuestro planeta como grandes felinos, elefantes, entre otros. Por tanto, es por esta expansión demográfica que los animales silvestres que viven en las áreas urbanas tendrán que interactuar en algún momento con los humanos debido a la alta concentración poblacional de nuestra especie.
¿Los animales silvestres pertenecen a la ciudad?
Sin embargo, el hecho de que la mancha demográfica vaya ocupando cada vez más el hábitat de los animales silvestres, ¿implica entonces que éstos son parte de la ciudad? Es decir, ¿forma parte la fauna silvestre de la vida citadina?
Según Pooley, et. al., (2020), los animales silvestres tienen la capacidad de adaptarse a la presencia de los seres humanos en su hábitat, no sólo nosotros poseeríamos tal cualidad. No obstante, es adecuado considerar que, en las ciudades, la fauna silvestre debe interactuar con constantes perturbaciones de origen antropogénico, así como estímulos estresantes muy diversos como el tráfico vehicular, la presencia humana, animales de compañía, diferentes fuentes de contaminación y el ruido antropogénico (Lopucki, et. al., 2020).
Por todo esto, sólo algunas especies de animales silvestres pueden adaptarse a la vida de la ciudad. En un estudio de Rupprecht (2017), se encontró que la mayor parte de la gente que encuestó señaló a los espacios verdes informales (lotes o terrenos baldíos, después de bosques y matorrales) como lugares a los que pertenece la fauna silvestre, más no necesariamente los espacios urbanizados como edificios o calles pavimentadas, de ahí que la mayoría de la gente se sorprenda al tener encuentros con la fauna silvestre en dichas zonas y lo vean como un evento extraordinario.
¿Qué factores de riesgo hay?
A pesar de que estas adaptaciones de la fauna silvestre para habituarse al medio urbano pueden ser fuentes reductoras de encuentros e interacciones con seres humanos, pueden significar lo contrario también. Por ejemplo, las carreteras o autopistas son consideradas como elementos universales en los paisajes urbanos, pero también representan una fuente primordial de muertes de animales silvestres, además, su construcción y utilización han contribuido a la reducción tanto de espacio como de abundancia de poblaciones de fauna y flora dentro de los sistemas urbanos (Schell, et. al., 2020).
Asimismo, la presencia de recursos alimenticios antropogénicos en los patios de las casas o espacios abiertos residenciales tales como alimentos para animales, huertos, pilas de composta, fuentes de agua, entre otros, pueden llegar a resultar atractivos para los animales silvestres generando así una causa más para posibles conflictos de interacción.
¿Qué podemos hacer?
El manejo de fauna silvestre se define según Hernández, et. al., (2018), como el resultado de una aplicación de métodos y técnicas para conservar la fauna silvestre y a su hábitat a través del respeto de una normatividad vigente y especializada bajo el esquema de sustentabilidad.
Estos autores señalan que al aplicar cualquier acción para el manejo de fauna silvestre es vital llevar a cabo una evaluación científica o técnica adecuada a una legislación vigente conociendo aspectos tanto biológicos como ecológicos de los animales silvestres, su hábitat y que se tenga en cuenta el bienestar animal. Se recomienda que no se enmarquen los juicios de técnicas de manejo bajo esquemas de valores morales por lo subjetivos que éstos pueden llegar a ser.
Por esto, Boesel & Alexander (2020), señalan que tanto el bienestar humano como el animal deben considerarse conjuntamente en los esfuerzos de conservación, ya que la opresión de animales no-humanos y humanos marginados se encuentra a menudo vinculada. Así, se vuelve necesario comprender cómo es que los animales silvestres podrían llegar a percibir a los humanos para minimizar en lo posible la perturbación a los primeros y permitir la implementación de medidas de conservación de fauna silvestre más efectivas.
De hecho, según Bombieri, et. al., (2018), comprender cómo es que incluso los medios de comunicación presentan estos ataques o interacciones y cómo es que esto llega a afectar la percepción real de los riesgos de coexistir con fauna silvestre, podría proporcionarnos información valiosa para crear mejores estrategias de convivencia.
Finalmente, nosotros como habitantes urbanos, también podemos contribuir con acciones tan básicas como cubrir la basura cuidadosamente y evitar, por supuesto, alimentar y fotografiar a los animales silvestres. ¿Qué nos impide sensibilizarnos ante el bienestar de otros seres con quienes compartimos el mismo hogar, nuestro planeta?
Por: Mtra. Sara Camacho de la Parra
Profesora de Humanidades
Dirección de Innovación Educativa y Aprendizaje Digital
Tec de Monterrey
Referencias:
- Boesel, A., & Alexander, S. (2020). Aligning Coyote and Human Welfare. Canadian wildlife biology & management, 9, 2.
- Bombieri, G., Nanni, V., Delgado, M., Fedriani, J., López-Bao, J., Pedrini, P., Penteriani, V. (2018). Content Analysis of Media Reports on Predator Attacks on Humans: Toward an Understanding of Human Risk Perception and Predator Acceptance. BioScience Oxford Academic, 68, 8.
- Hernández, D., Pulido, M., Zuria, I., Gallina, S., & Sánchez, G. (2018). El manejo como herramienta para la conservación y aprovechamiento de la fauna silvestre: acceso a la sustentabilidad en México. Acta universitaria, 28, 4.
- Lopucki, R., Klich, D., & Kiersztyn, A. (2020). Changes in the social behavior of urban animals: more aggression or tolerance? Mammalian Biology, 101.
- Pooley, S., Bhatia, S., & Vasava, A. (2020). Rethinking the study of human–wildlife coexistence. Conservation Biology.
- Rupprecht, C. D. D. (2017). Ready for more-than-human? measuring urban residents' willingness to coexist with animals. Fennia, 195(2), 142-160.
- Schell, C., Dyson, K., Fuentes, T., Des Roches, S., Harris, N., Sterud, M., Woelfle-Erskine, C., & Lambert, M. (2020). The ecological and evolutionary consequences of systemic racism in urban environments. Science, 369, 6510.
- Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. (Junio 2022). Conflictos humano-vida silvestre.
- World Wildlife Fund. (08 de julio de 2021). El conflicto entre humanos y vida silvestre es una de las mayores amenazas para las especies del planeta.