Por el principio. Conozcamos la importancia de la paleta vegetal, el cuidado de los polinizadores y reflexionemos cómo nos relacionamos en el cuidado de nuestro entorno.
Empecemos con una pregunta: ¿cuántas plantas puedes reconocer y nombrar tan sólo de verlas?, ¿sabes si tienen alguna utilidad o aportan algún beneficio al ambiente? Ahora piensa en autos, de los vehículos que están a tu alrededor ¿cuántas marcas o modelos puedes distinguir y nombrar?
¿Cuál de las dos preguntas fue más fácil contestar para ti?
En el cuidado y mantenimiento que damos a nuestras áreas verdes, jardines y macetas, saber distinguir entre especies distintas como las rosas y las lavandas, hace una gran diferencia. Mientras las rosas suelen ocuparse por motivos estéticos o demostración de cariño, además de que forman parte de la jardinería tradicional, las lavandas además de bellas y estéticas, aportan beneficios ambientales: ser alimento y refugio para algunos polinizadores como los colibríes, las mariposas y las abejas; adicionalmente la lavanda es una planta, que forma parte de la herbolaria tradicional y se emplea por sus efectos medicinales que ayudan a relajar y calmar nuestro sistema nervioso.
Las rosas, los claveles y el mismo pasto o césped junto con muchas otras plantas forman parte de la jardinería tradicional u ornamental, una práctica que privilegia el tema estético y decorativo de las plantas y árboles, para lo cual se utilizan fertilizantes, herbicidas y plaguicidas sintéticos, además de no medir o considerar recursos como el aprovechamiento del agua. En la jardinería ambiental (SEDEMA 2020) se privilegian prácticas sostenibles como el uso de composta y elementos orgánicos, el cuidado del agua, la promoción de la diversidad y cuidado de polinizadores locales; adicionalmente el tipo de plantas que consideran, forma parte de una paleta vegetal, la cual es un catálogo de las especies que por sus características, se recomiendan para determinadas zonas por los beneficios ambientales que cada una de las especies enumeradas en este catálogo, implica. Un aspecto importante es el “mutualismo”, que es la relación entre dos o más especies que se benefician mutuamente.
Como seguramente sabes, los polinizadores son insectos y animales que se alimentan de polen o néctar de las flores, favoreciendo con ello la generación de frutos, así como la reproducción de plantas, incluyendo cultivos alimentarios. En México gracias a ellos el 88% de los alimentos que se cultivan tienen participación de polinizadores (SADER 2020); bebidas como el mezcal, son posibles gracias a los murciélagos que polinizan las flores y generan semillas. En 2019, la ONU reconoció a las abejas como seres esenciales para la vida. (PNUMA, 2022)
Existen gobiernos municipales en todo el país que están emprendiendo la creación de jardines para polinizadores con el objetivo no sólo de revegetar y de crear pequeños pulmones verdes dentro de nuestras ciudades; son también espacios que brindan refugio y alimento a esos pequeños seres polinizadores que aparecen en nuestro camino. Otra práctica interesante, son los llamados “Hoteles de polinizadores”, espacios artificiales diseñados con distintos materiales que brindan refugio y anidación para insectos y animales polinizadores; regularmente se instalan en los mismos jardines (SADER 2022). Estos “hoteles” son muy simpáticos a la mirada, ya que simulan ser pequeñas casitas, aunque en realidad imitan los hábitats de los polinizadores más comunes, donde se utilizan materiales orgánicos para darles refugio en agujeros de madera, tallos huecos, hojas secas, y así, estas “edificaciones” ofrecen distintas opciones para polinizadores diferentes.
Conocer y promover la revegetación con plantas que tengan mutualismo con aquellos insectos polinizadores locales, facilitará y proveerá mejores condiciones ambientales para todos. Conoce la paleta vegetal más apropiada de la región en la que vives y da preferencia a aquellas plantas que atraen polinizadores. Siempre es una bonita sorpresa, ver y escuchar un colibrí en tu jardín, ver revolotear a las abejas en las flores, o que una catarina momentáneamente te utilice como pista de aterrizaje.
Ahora tienes un buen motivo para reconocer en el ambiente aquellas plantas con las que puedes tener la cortesía de regalar un poco de agua o abonar con composta, y también, puedes instalar un pequeño hotel para polinizadores donde tengas como huéspedes de honor, a estos importantes insectos, sostén de la vida.
Por: Luis Miguel Arévalo Ahuja
Coordinador de capacitación y jornadas del Reciclatrón
Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México
Contacto: micorrespondencia@gmail.com
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