Así como la abundancia fue la condición que definió el siglo XX, la escasez está llamada a definir el XXI. La humanidad ha adoptado hábitos abruptos de consumo en las últimas décadas, ha olvidado que los recursos de nuestro planeta son limitados y nuestra propia subsistencia está ligada a ellos. Pero la escasez no es sólo el resultado inevitable del crecimiento y la explotación de recursos, la escasez se construye a diario mediante las decisiones que tomamos y las cosas que deseamos. Entonces, ¿cómo pueden las personas de manera colectiva saber hasta qué punto utilizar ciertos recursos?, ¿qué sistemas medioambientales son esenciales para la supervivencia humana?
La comunidad investigadora liderada por el sueco Johan Rockström y otros 28 científicos de renombre internacional han dado respuestas a estas preguntas con el concepto de los límites planetarios. Los científicos propusieron estos límites cuantitativos dentro de los cuales la humanidad puede continuar desarrollándose y prosperando para las generaciones venideras. A través de la información recaudada durante años por este grupo, se identificaron nueve áreas indispensables que regulan la estabilidad y resiliencia del sistema terrestre:
- Agotamiento del ozono estratosférico
- Pérdida de la integridad de la biosfera (pérdida de biodiversidad y extinción de especies)
- Contaminación química y liberación de nuevas sustancias
- Cambio climático
- Acidificación de los océanos
- Consumo de agua dulce y ciclo hidrológico mundial
- Cambio en el uso del suelo
- Flujos de nitrógeno y fósforo hacia la biosfera y los océanos
- Carga de aerosoles atmosféricos
Todos los procesos biofísicos mencionados están conectados estrechamente entre sí y cada uno contiene umbrales para operar dentro de límites seguros, cruzarlos aumenta el riesgo de generar cambios ambientales irreversibles a gran escala.
Situación actual: se han superado cinco de los nueve límites. Esto significa que estamos saliendo del espacio operativo seguro y poniendo en peligro nuestras buenas condiciones de vida. Si no actuamos ahora, dejaremos muchos problemas sin resolver a las generaciones futuras.
Según la visión de los investigadores, nuestra generación aún tiene una oportunidad de contrarrestar esta escalada. Como ejemplo, en los años 80, científicos descubrieron que la capa de ozono se estaba degradando por los gases de CFC (clorofluorocarbonos). En respuesta a este riesgo las naciones del mundo se reunieron y firmaron el Protocolo de Montreal en donde se empezaron a retirar progresivamente los productos que causaban este compuesto.
En la actualidad gracias a los esfuerzos concertados de los científicos, las empresas y los gobiernos hemos podido reducir considerablemente el agujero de la capa de ozono. Así pues, en lugar de poner en peligro los cimientos de la vida, debemos adaptar nuestras tecnologías y comportamientos para que sean compatibles con los confines de nuestro planeta. Esto requiere una reprogramación de nuestros hábitos cotidianos y forma de pensar.
Con la información presente, hay cuestionamientos que deberíamos hacernos como comunidad. ¿Cómo podemos, además de nuestras acciones individuales, exigir a las grandes organizaciones y autoridades que contribuyan a mantener los límites?
Podemos empezar por lo siguiente:
- Dejar de seguir/consumir a empresas que se vean directa o indirectamente relacionadas con el desbalance de los límites planetarios. Para ello hay que investigar antes de consumir, cuestionarnos acerca de los productos o servicios lo siguiente: ¿cómo llegó ahí?, ¿bajo qué métodos fueron procesados y qué implicaciones ambientales conllevan?
- Apoyar a las compañías que minimizan sus impactos ambientales en sus cadenas de valor. Necesitamos empresas que basen sus modelos de negocio en los límites planetarios.
- Optar por actores políticos que procuran objetivos y condiciones para la sociedad y la economía, que nos lleven de nuevo al espacio de funcionamiento seguro. Y si el candidato político no da prioridad a las cuestiones ecológicas, exijámosle y presionémosle para que actúe en pro de ellos.
- Buscar cumplir los ODS (el hallazgo de los límites planetarios influyó en la definición de los mismos) ya sea de manera personal, apoyando a asociaciones que los promuevan, o formando parte de alguna organización que los ejerza.
- Sensibilizar y concientizar a los demás. El acceso a la información está más al alcance que nunca en la historia, es responsabilidad nuestra divulgar y promover contenido informático haciendo buen uso de nuestras redes sociales.
- Hacer introspección donde debemos preguntarnos: ¿qué y cuánto necesitamos consumir realmente? ¿qué es lo que realmente nos hace felices?
Si vemos nuestra situación climática actual como una oportunidad para introducir innovaciones que modifiquen el mercado y revertir las tendencias actuales para así reconducir el sistema clave a la vida de la Tierra, encausándolo de nuevo al margen habitable seguro. Sólo tenemos un planeta, y sus recursos y capacidades son limitados. Lo que es ilimitado es nuestra capacidad de innovación, utilicémosla sabiamente y de formas creativas.
Ing. Jessica Alicia Villarreal Garza
Analista para Project Manager Ruta Azul
Tecnológico de Monterrey
Para más información:
- Steffen, W., Richardson, K., Rockstrom, J., Cornell, S. E., Fetzer, I., Bennett, E. M., Sorlin, S. (2015). Planetary boundaries: Guiding human development on a changing planet. Science, 347(6223), 1259855–1259855. doi:10.1126/science.1259855
- Stockholm Resilience Centre. (2023). Planetary boundaries https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries.html
- Potsdam Institute For Climate Impact Research Planetary boundaries update: freshwater boundary exceeds safe limits. https://www.pik-potsdam.de/en/news/latest-news/planetary-boundaries-update-freshwater-boundary-exceeds-safe-limits
- Stockholm Resilience Centre. (2023). The nine planetary boundaries. https://www.stockholmresilience.org/research/planetary-boundaries/the-nine-planetary-boundaries.html