Los comienzos son buenos, pero los re-comienzos son lindos y refrescantes. Si los ves en espiral, es reiniciar desde el punto de partida sin que éste lo sea, pues no es un círculo, es un vórtice. Sin ser un intervalo típico, hago un acento en esta edición #40 del bole. Estas líneas son el Editorial #24. Jamás habría pensado escribir tantos editoriales al hilo y continuarlos desde ahora, en una nueva trinchera. El reinicio no es desde cero, es con bagage de conocimiento, para regenerar lo que se sabe con experiencias en ciernes hacia un nuevo rumbo: dejas lo que pesa, y, haces espacio para la nueva aventura. ¿Sencillo? No, pero sí interesante.
Justo hace unas semanas a unas prendas que me encantan les di un reinicio, requerían recuperar su color, su vivacidad. Las mandé teñir. Resultado: se sienten y se ven como nuevas. Esto viene bien en la mesa, pues hace poco supe de un movimiento que da voz a esas prendas que sin miramiento a punto estás por simplemente desechar. Invitamos a la autora del Artículo de Vida Sostenible quien justo nos plantea un refresh: Waste Not Waste, que usa el método de upcycling para dar una nueva vida a la ropa, para demostrar que el desperdicio no es basura, en un mundo que no para de consumir de forma artera.
Casi que viene al hilo la Recomendación del mes, un libro que nos dibuja el presente planetario que es transgredido por un palimpsesto de crisis: pandemia, guerra, colapso ecológico y desigualdad extrema. A través de una nítida narrativa, su autor nos plantea que estas catástrofes no son naturales ni inevitables, sino el resultado de un sistema económico global en decadencia, donde una misma lógica de acumulación y dominación son los hilos que entretejen todo.
En los tiempos que se bordan, deambulamos entre observar el panorama global y mirar los asuntos personales, en los que, si pasáramos del zoom in al zoom out, si nos situáramos dentro y a la periferia en este entramado global, quizá podríamos comprender que estamos algo más que preocupados... La autora del Artículo de Reflexión nos trae al centro de una problemática actual: la esperanza al futuro, la que intentamos alimentar a pesar de una constante ansiedad por el presente convulso que vivimos. Enredados entre emociones variopintas ¿cómo podemos recuperar esa esperanza, cómo recuperar fe en la humanidad, retransmitirla y motivar a las y los jóvenes para que, en conjunto, hagamos esos cambios efectivos que requerimos como humanidad?
El día a día y los posibles futuros, nos fuerzan a tomar nuestro presente de forma reflexiva, a reconocer nuestras propias emociones frente a la crisis climática, a reevaluar en distintos niveles nuestras acciones y conductas ante el panorama planetario. Más allá de repetir patrones de consumo sin cuestionarlos, quizá, reformular nuestras opciones desde preguntas con nuevos tintes, evitaría la deslavada sensación de acción climática. ¿Qué tan matizadas por lo artificial están tus decisiones?
La Editora