Casi todos nos quejamos de la cantidad de basura que generamos diariamente, es notorio después de alguna fiesta o simplemente un fin de semana con la familia; lo mismo ocurre en vía pública cuando se pone el tianguis o deja de limpiar el barrendero. Señalamos con el dedo a distintas entidades: culpamos al gobierno por no implementar políticas efectivas de gestión de residuos, al comerciante que sigue utilizando envases desechables, o al trabajador que compra su tamal en el puesto de la esquina sin llevar su propio recipiente reutilizable. Pero la pregunta esencial es: ¿Qué estás haciendo tú para disminuir la cantidad de basura que generas?
Es fácil caer en la crítica, buscar culpables externos y no asumir responsabilidad sobre nuestras acciones diarias. Sin embargo, la crisis de residuos en la que vivimos no es un problema que se pueda resolver de forma aislada. Se necesita un cambio colectivo, pero este empieza con la responsabilidad individual. Si bien el gobierno y las empresas tienen un rol crucial en esta transformación, nosotros, como ciudadanos, también somos parte de la solución o del problema.
¿Cuánta basura generamos?
De acuerdo con el Programa de Gestión Integral de Residuos para la Ciudad de México 2021-2025 (PGIR), la composición de los residuos sólidos urbanos en la ciudad es una situación que debemos reflexión minuciosamente.
Alrededor del 53.2% de los residuos que generamos en nuestros hogares son inorgánicos: bolsas de plástico, botellas de vidrio, embalajes, recipientes, latas de aluminio, y más. El otro 46.8% corresponde a residuos orgánicos: restos de comida, frutas, verduras y otros desechos que se descomponen rápidamente.
Lo más preocupante es que, de ese 53.2% de residuos inorgánicos, sólo el 18.34% tiene potencial de ser reciclado, es decir, puede aprovecharse si se maneja correctamente. Entre estos materiales se incluyen cartón, papel, vidrio y envases multicapa, como las envolturas de papitas y jugos.
La importancia de una separación de basura correcta
No obstante, la cuestión va más allá de simplemente generar basura: ¿qué ocurre cuando esos residuos con potencial de reciclaje pierden esa capacidad? La respuesta es desalentadora. Terminan en los rellenos sanitarios o, en el peor de los casos, contaminando nuestras calles, ríos y mares.
Este problema ocurre principalmente porque no estamos separando los residuos de forma correcta en nuestros hogares. Al mezclar los residuos orgánicos con los inorgánicos, los materiales que podrían ser reciclados, como el cartón o el papel, se contaminan, mojándose o ensuciándose, lo que los convierte en basura inútil para los procesos de reciclaje.
Aún peor puede ser cuando se trata de un residuo electrónico; una pila de reloj, por ejemplo, al estar en contacto con los jugos lixiviados que generan la descomposición de los residuos orgánicos, más la erosión y cambios de temperatura, terminan degradando la carcasa de la batería y regando los componentes tóxicos con los que está ensamblada, afectando con ellos cantidades inmensas de agua, las cuales dañan y contaminan los ecosistemas.
Este es un problema nacional, presente en los pequeños y grandes grupos de población en todo el país. Según los Indicadores del Programa Nacional para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos 2022-2024, en México generamos alrededor de 38,351 toneladas diarias de residuos que podrían ser reciclados.
Esto significa que, en todo el país, estamos desaprovechando miles de toneladas de materiales valiosos que podrían ser reutilizados, simplemente porque no hacemos un esfuerzo por separarlos adecuadamente. No reutilizar o reciclar las materias presentes en los residuos, significa volver a pagar los altos costos ambientales que implica la minería, o la obtención de tantos otros recursos naturales.
Entonces, ¿qué nos impide tomar acción?
El proceso de gestión de residuos
Para muchas personas pensar lo que sucede con la basura pasa inadvertido, muchas otras se justifican diciendo que el camión de basura finalmente mezcla todos los residuos. Y es cierto, en parte. Es importante saber que después de la recolección, los residuos son llevados a centros de separación en donde trabajadores, muchas veces de forma manual, realizan la clasificación de los materiales que aún se pueden aprovechar.
Aunque no lo veamos, detrás del proceso de gestión de residuos hay personas que hacen un esfuerzo titánico por salvar los materiales reciclables. Sin embargo, si los residuos llegan extremadamente contaminados o mal separados, este trabajo se vuelve mucho más difícil, por no decir imposible.
Es cierto que nuestras ciudades tienen áreas de oportunidad en cuanto a la gestión de residuos. Existen fallos en las infraestructuras de recolección y reciclaje, y no siempre contamos con los recursos necesarios para procesar la cantidad de basura que generamos. Aun así, debemos entender que la gestión sostenible de residuos empieza en nuestros hogares. Si cada uno de nosotros separa correctamente la basura, si reutilizamos y reducimos nuestro consumo de plásticos y productos desechables, estaremos contribuyendo de manera significativa a la solución y al cuidado del medio ambiente y los servicios que nos presta.
A nivel global existe un concepto que cada vez toma más auge, Basura Cero o ZeroWaste. Es el movimiento que busca bajar la cantidad de basura que generamos y minimizar el impacto al ambiente. Muchos ciudadanos en otras latitudes se toman el tiempo para reflexionar sobre su consumo y buscar una manera más armónica con el ambiente y menos contaminante de vivir modificando el consumo de manera consciente.
¿Cómo podemos mejorar?
A continuación, te dejo algunos consejos para una correcta separación de residuos en tu hogar:
- Separa los residuos orgánicos de los inorgánicos. Esto es fundamental. Los residuos orgánicos incluyen restos de comida, cáscaras de huevo, frutas y verduras, hojas y pasto. Estos desechos son biodegradables y pueden ser aprovechados para crear composta. Los residuos inorgánicos, por otro lado, son materiales como plástico, papel, cartón, vidrio y metales, que pueden ser reciclados si se manejan adecuadamente.
- Composta los residuos orgánicos. Si tienes un jardín o espacio en casa, considera hacer composta con tus desechos orgánicos; al menos los que sean de origen vegetal. Esto no solo reduce la cantidad de basura que generas, sino que también crea abono natural para tus plantas.
- Limpia y seca los residuos reciclables. Asegúrate de que los envases y otros materiales reciclables estén limpios y secos antes de tirarlos. Si los mezclas con residuos orgánicos o líquidos, se vuelven inservibles para el reciclaje.
- Infórmate sobre el tipo de residuos que puedes reciclar en tu área. Cada ciudad tiene sus propias normas y capacidades para el reciclaje. Algunos materiales, como los envases Tetrapak, requieren un tratamiento especial, y es importante que sigas las indicaciones locales para maximizar su aprovechamiento.
- Reduce tu consumo de plásticos de un solo uno. Lleva contigo bolsas reutilizables, recipientes y cubiertos cuando vayas a comprar comida. Pequeños cambios en tus hábitos diarios pueden tener un gran impacto en la reducción de residuos.
Sé partícipe del cambio
El cambio comienza con una pregunta directa: ¿Qué estoy haciendo Yo para marcar una diferencia? ¿Estoy separando correctamente mis residuos? ¿Llevo conmigo bolsas reutilizables y evito productos desechables? ¿Estoy tomando medidas activas para reducir mi generación de basura o sólo me limito a culpar a otros? Más allá de señalar lo que no funciona, es esencial enfocarse en lo que puedo controlar.
Por: Dania Cabrera Palma
Abogada especialista en
Derecho Ambiental y Empresarial
Bibliografía: