El problema de los chat bots es que no entienden de humanidades… Hay temas en que lo artificial no conecta con mi inteligencia, así que para este editorial decembrino me revelo a seguir “chateando” con bots climáticos acerca de la COP, porque además, ya casi comienzan las fiestas y las posadas y la época en que sentimos que todo va a estar mucho mejor.
Ah, la Navidad, como cada año llena de promesas, de encantos, de regalos, sueños y anhelos, de propósitos que miran al futuro… Como la COP, llena de proyectos y propuestas, de fondos insuficientes para mitigar desastres a modo de dádiva, colmada de acuerdos y promesas anuales que terminamos por rezagar; algo parecido a lo que sucede con los juguetes que niñas y niños van dejando atrás pues ya no saben qué hacer con tanto objeto, los que casi nuevos y sin jugarlos, los olvidan y pasan a otro artefacto, y así, desde temprana edad comienzan a adquirir las hieles del consumo. Para contemplar las huellas de esta muy mala práctica, en el Artículo de Vida Sostenible el autor nos insta a pensar en nuestros regalos navideños, nos brinda algunos tips para controlar nuestro consumo voraz de diciembre y hacer de esta Navidad de verdad verde, en la que hagamos un poco más, donde recordemos que podemos tener cierto control sobre nuestro consumo.
Así, retomando parte del tema con el que abro estas líneas, las vivencias desde los pabellones de la COP28 propician el Artículo de Reflexión, donde a partir del recorrido que hace la autora entre pasillos y sesiones de trabajo, las dudas saltan, y, al leer las preguntas que ella se formula a partir de su reflexión, nuevamente traen a mí la idea latente y ansiosa acerca del control que podemos tener a partir de nuestro rol como individuos, como ciudadanos, como universitarios ante y para la acción climática, ¿es ésta posible con gobiernos como los que tenemos en el planeta? ¿es posible y fructífera la acción climática con la cúpula de empresas e industrias que rigen el mercado global? Pues pareciera que ambas esferas son las que no dejan pasar los cambios radicales que urgimos tener.
Bueno, vamos a endulzarnos un poquito, antojarnos desde la escucha con el podcast que traemos como Recomendación del Mes, donde podrán imaginar los sabores por episodio: como el cacao, la vainilla y el chocolate, o las papas, el pescado y el arroz… Casi pueden olerlos sólo de mencionarlos ¿cierto? Sí, imaginen, porque la crisis climática acecha también la producción de alimentos, de ingredientes específicos que son parte de nuestra cultura. ¿A que eso no lo habían contemplado? Yo tampoco. Y es que si seguimos por este camino vamos a tener que cambiar las recetas, así, al paso del tiempo olvidaremos el sabor entrañable de la vainilla o lo amargo del café, un par de ejemplos tan solo, sabores de los que quizá generaciones futuras ni conocerán.
Así que… ¡a cocinar antes de que el destino nos alcance y los ingredientes se nos acaben! porque entonces sí, habrá que echar mano de ingredientes artificiales. ¿Qué tan artificial será tu sabor?
La Editora