Ah. El amor. Manifestación más extraña e interesante. Hay quienes dicen que el amor lo puede todo, que es lo que mueve al mundo, que está en el aire y en cualquier parte a dónde se mire, el amor se siente en el cuerpo, en el cerebro, en la naturaleza, en los perros, en los cachorros, hasta en algunos humanos, en encuentros cercanos con animales en su estado salvaje, en las decisiones consumistas que tomamos y también en lo que comemos.
Y así, como cada mes, el chat bot, oops, lo hizo otra vez… Obviamente su respuesta no me cuadra, ¿qué me va a venir a decir del amor este algoritmo? Me pregunto si las máquinas sentirán, si la IA llegará a sentir algo parecido al amor, bueno, me pregunto si al menos le caeremos bien.
En fin. Este mes nuestro bole viene con unas dosis de dar amor, para replantear nuestros comportamientos y hábitos alimenticios… Por ejemplo, el Artículo de Reflexión nos hará repensar en lo que como especie nos hemos expandido, a tal grado, que tomamos y ocupamos el espacio de otras especies, animales que se ven desplazados de su hábitat, y al no quedar más espacio, los vemos rondando “nuestros” patios, estacionamientos, días de campo, calles e infraestructura “humana”. Aquí realmente ¿quién invadió a quién?
El Artículo de Vida Sostenible nos lleva a contemplar las posibilidades de hacer ajustes en lo que comemos, en hacerlo de modo más consciente y por ende sostenible, donde comer sea la base para nutrirnos y también por amor al Planeta, que la idea de comer sea sostenible y saludable tanto para las personas como para la Tierra, pues recordemos que somos parte de un gran sistema, ergo, si enfermamos al planeta, si no le mostramos amor, adivinen quién se va a enfermar también.
Puede ser que el amor hacia nuestro planeta, hacia nuestra comunidad, hacia nuestra persona en sí, nos empuje a la reflexión crítica para buscar formas de un mejor futuro; quizá nuestra Recomendación del Mes, el libro “Una nueva tierra salvaje”, desde la ficción especulativa nos inspire a través de su narración a tomar conciencia sobre nuestra responsabilidad planetaria y nos incite a la acción.
Entiendo, el amor a veces se cansa. Esa pulsión que nos empuja a realizar acciones, a ser reflexivos, a decidir desde la congruencia, desde el cuidado de todo un sistema, esa pulsión que cansada se entinta de egoísmo. Es cuando el amor debe tomar un descanso para entonces expandirse, ver más allá de nuestra persona centrada en sí misma, es ahí que el amor desde su complejidad nos impulsa a buscar nuevas formas de acción, por más que incomoden, por más que duelan. Bueno, eso espero, porque a veces siento que nuestra inteligencia se está poniendo muy artificial… acaso ¿también el amor?
La Editora