Contaminar. Quizá es mi obsesión con las palabras y el lenguaje, pero a veces me quedo con una palabra rondando mi mente. De pronto ¡flash! Jugueteo con ella y resulta que ésta cobra una nueva ‘personalidad’ a partir, no de la RAE ni la FUNDEU ni de su raíz etimológica más pura, sino de cómo suena y se bifurca en mi cabeza, y así, ‘conta’, aunque palabra en desuso, remite a darse cuenta, de hacer un cálculo; mientras ‘minar’, remite a barrenar, devastar poco a poco. Así, en mi cabeza contaminar se reconfigura y su significado toma otra dimensión… donde, a este ritmo de seguir contaminando, creo que no nos dará tiempo a contabilizar lo que hemos minado.
Quizá con Busan en la mira, el Artículo de Reflexión, su lectura nos pueda guiar en las preguntas que no nos queremos hacer, como: ¿hay tiempo aún -que valga- para acortar la brecha entre ciencia y política? Vaya, ¿es posible hacerlo? El texto además de describirnos el objetivo central del simposio PLAYSYS24 con el cual poder atender la triple crisis planetaria derivada de una pieza clave: la contaminación por plásticos, sus párrafos nos llevan a recalcular las dimensiones del problema, y, ver en el horizonte un posible tratado global que traiga esperanza a un futuro sin contaminación por plástico.
Recientemente en una plática, mencioné varias veces el tema del “papel de baño” mi interlocutor me señaló de forma jocosa que si tenía yo algún issue con aquellos cuadritos de posiblemente un otrora maravilloso árbol. Yo sólo dije que no es que estuviera escatológica, nada más lejano, pero que en algún punto del Articulo de Vida Sostenible me había hecho repensar acera del uso de todo el papel que usamos para limpiar diversas superficies, y que eso, es un úsese y tírese, así, sin más, cantidades brutales de papel a la deriva que arrojamos al agua potable como medio de descarga, un Impacto Silencioso al contaminar con el agua que usamos… entre otras prácticas de la vida no tan sostenible en el hogar. Listo, un nivel nuevo de angustia gracias a mi consumo diario en casa.
En la FIL de Monterrey se presentó el libro Cayendo juntos, nuestra Recomendación del Mes, a través de sus letras nos permite comprender las crisis ecológicas y sociales para proponernos una visión de ‘colapso profundo’ en el que sólo una reflexión colectiva, que nos permita comprender qué es el estar juntos en esta crisis planetaria, no es una obra apocalíptica, es una propuesta para identificar la oportunidad, definir un propósito, de reconstruirnos como comunidades en un mismo planeta.
El plástico se dice ha sido un importante descubrimiento, a veces un mal necesario. He repasado algunas de mis prácticas diarias, para delimitar en dónde puedo y decido no usar más plástico. Hago un listado y me lanzo a la compra. Con canastilla en mano, revisando productos y marcas entre pasillos del lugar donde adquiero lo que necesito, me encuentro en un punto sin salida, porque hacia donde mire ¡hay tanto plástico! que me pregunto: ¿qué tan artificial es tu idea de que ya no contaminarás más? Quizá es momento de buscar formas y opciones dónde hagamos un consumo realmente consciente y mucho más justo.
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