El 3 de julio de cada año se celebra el día internacional sin bolsas de plástico, el cual nos da la oportunidad de sensibilizarnos ante la crisis plástica que vivimos en el planeta. En 2021, la ONU, a través de su informe sobre contaminación plástica, advertía sobre la necesidad urgente de realizar acciones mundiales para poder reducir la contaminación por plásticos que vivimos actualmente. El informe destaca que el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán (PNUMA, 2021).
Un mundo lleno de bolsas de plástico
Pero ¿por qué hablamos de bolsas de plástico? Pues bien, éstas se han convertido en un producto omnipresente a nivel mundial. De hecho, diversos estudios han revelado que hay restos de bolsas de plástico en lugares inimaginables, como el monte Everest y las profundidades del océano.
Según los últimos datos del PNUMA, en el mundo se fabrican alrededor de 1 billón de bolsas de plástico al año. Sin embargo, su ciclo de vida es muy corto, ya que Greenpeace nos dice que el uso medio de una bolsa de plástico es de alrededor de 15 minutos.
Por otro lado, no debemos olvidar algo muy importante, y es el material del que están hechas estas bolsas de plástico. La USDA en Estados Unidos de América nos dice que generalmente están fabricadas en tres tipos de plástico: polietileno, policloruro de vinilideno y policloruro de vinilo (USDA, 2024). Aunque generalmente la mayoría están hechas del primero. Todas estas resinas de plástico vienen del petróleo, el cual es uno de los principales generadores, al extraerse, refinarse y procesarse, de gases de efecto invernadero a la atmósfera, causantes del cambio climático.
El ascenso de las bolsas de plástico
Veamos un poco de historia sobre las bolsas de plástico para entender más sobre ellas. La primera bolsa de plástico fue patentada en 1965 en Suecia y a partir de ese momento comenzó poco a poco a reemplazar a las bolsas de tela comunes en esa época en Europa. Unos años después, en 1979, las bolsas de plástico fueron ampliamente introducidas a nivel mundial y, dada su agresiva estrategia de comercialización, se vendían como superiores a las bolsas de papel y a las bolsas reutilizables de tela.
Sin embargo, no fue sino hasta muchos años después, en 1997, que se encontró la gran mancha de basura en el océano pacifico, lanzando una señal de alarma sobre la gran cantidad de plásticos que estaban siendo desechados y arrastrados hacia el mar, causando una amenaza a la vida marina. ¿Qué pasó después? Varios países comenzaron a mostrar preocupación sobre este hallazgo tan relevante, por lo que, en 2001, Bangladesh fue el primero en el mundo en llevar a cabo políticas públicas para prohibir el uso de bolsas de plástico.
Hoy en día hemos abusado del uso de las bolsas de plástico, nos hemos alejado del uso de bolsas de tela, por ejemplo, que antes eran una opción cómoda, segura y duradera. A nivel nacional, en México, según el INECC, una familia usa en promedio alrededor de 16 bolsas a la semana, solamente para el acarreo de frutas y verduras. A eso hay que sumarle los demás tipos de bolsas que se usan para otras tareas cotidianas.
Sensibilización, clave de la solución
Entonces, ¿qué necesitamos hacer para cambiar nuestras acciones sobre el uso de bolsas de plástico? Pues bien, antes de dar una serie de recomendaciones prácticas para llevar a cabo, es necesario sensibilizarnos. Sensibilizarnos ante la situación de contaminación global por plásticos que estamos viviendo y reconocer nuestros hábitos de consumo.
A su vez, es de suma importancia eliminar de nuestras creencias la idea de que el uso de bolsas de plástico es una práctica inofensiva y sin consecuencias para el medio ambiente o que pensemos que la contaminación por plásticos no está relacionada con el uso de bolsas. De manera similar debemos evitar pensar que no es responsabilidad individual el actuar frente a esta situación, o que les corresponde a los gobiernos o las grandes empresas hacer medidas correctivas o preventivas. Cada persona, comunidad, organización, estado y país tiene distintos roles y responsabilidades en esta crisis que estamos viviendo.
Asimismo, y muy importante, es que debemos eliminar la idea de que el reciclaje es la solución para la disposición de los plásticos, como las bolsas. No es la solución más viable ambiental ni económicamente, ya que intervienen muchos factores para poder definirlo, como el tipo de plástico que se quiera reciclar, el tipo de reciclaje y por supuesto el sistema de recolección y separación de plásticos para poder llevar a cabo el reciclaje. De hecho, de acuerdo con SEMARNAT, en México solamente alrededor del 1% de las bolsas de plástico hechas de polietileno se reciclan.
Las bolsas de plástico y el diagrama de las Rs
Entonces, ¿qué si puedo hacer para comenzar a actuar ya? Es necesario conocer de la economía circular y el diagrama de las Rs. Este diagrama es una representación visual de diferentes opciones para lograr un mejor manejo sostenible de recursos y la gestión de residuos. Va desde la opción más favorable para el medio ambiente a la menos recomendable.
Por lo que, haciendo un análisis con el diagrama de las Rs, antes de pensar en usar una bolsa de plástico, es indispensable primero evaluar si realmente la necesitas, por lo que rechazar sería la primera R en la que se debe de fijar nuestra atención.
Posteriormente, sí si tenemos que utilizar una bolsa de plástico debemos de centrar ahora la atención en reducir su uso en la medida de lo posible.
Asimismo, debemos fomentar el reúso de las bolsas que ya hayan cumplido su uso principal. También es indispensable optar por otro tipo de bolsas que no sean de plástico, como las bolsas reusables de tela, las cuales son duraderas, resistentes y prácticas. De acuerdo con Greenpeace una bolsa reusable evita el uso de 6 bolsas de plástico.
Por último, la R del reciclaje, ya que el reciclaje requiere recursos para poder llevarse a cabo: energía, agua y otros materiales que a su vez generarán desechos, ya sea algún material sólido, emisiones a la atmósfera o agua residual. De igual manera y como vimos anteriormente las bolsas de plástico pueden venir de diferentes plásticos o resinas y cada resina tiene propiedades y características diferentes, que dictan su posible reciclaje o la complejidad del mismo.
Un cambio necesario de cultura
Otro aspecto importante que destacar es que mientras no exista una cultura de conservar y maximizar el uso de los productos y recursos, seguiremos llevando a cabo acciones que perpetúan la cultura de usar y tirar, por lo que no importa si sea una bolsa de plástico, de bio plástico o de papel, estaremos fomentando el uso insostenible de todos los recursos que se necesitan para producir los productos que usamos y posteriormente desechamos. Hoy más que nunca debemos de cambiar esas ideas y creencias que nos han hecho llegar a esta crisis de plásticos que estamos viviendo en el mundo.
En conclusión, debemos informarnos sobre temas ambientales de los productos que usamos y desechamos, en este caso hablamos de las bolsas de plástico debido al día internacional sin bolsas de plástico. Es urgente que tomemos acciones individuales sobre el uso de bolsas y compartir lo que hacemos con los demás, fomentando así un cambio colectivo a favor de la reducción del uso de bolsas de plástico, del uso responsable de éstas y desarrollando hábitos que nos ayuden a disminuir nuestro impacto ambiental.
Kitzia Rodríguez
Especialista en desarrollo sostenible
Gerencia académica de sostenibilidad de Ruta Azul
Fuentes: