Cada vez es más común que los “empleos verdes” o relacionados con sostenibilidad vayan aumentando, es decir, la demanda de este tipo de empleos ha ido creciendo en los últimos años y seguirá así según algunos pronósticos.
En el último informe del Foro Económico Mundial del Future of Jobs 2025, se mencionó que las contrataciones verdes han superado consistentemente a las contrataciones generales, de acuerdo con un análisis de LinkedIn, desde mediados de 2022 y hasta julio 2024. Además, al menos en Estados Unidos de América se estima que el incremento de empleos como “especialistas en sostenibilidad” aumente más de un 25% de 2025 al 2030.
Sostenibilidad, más allá de sólo sembrar árboles
Estos son solo los datos duros del aumento de empleos verdes, pero ¿qué significa realmente trabajar en sostenibilidad? No es sembrar árboles ni ayudar a los animalitos (al menos no de forma explícita); es algo mucho más complejo. Podemos hacer la metáfora de que trabajar en sostenibilidad es más bien sembrar la esperanza de que el mundo puede y debe cambiar en beneficio de todas y todos.
¿A qué nos referimos con “empleos verdes”? De acuerdo con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), son “aquellos que contribuyen a preservar y restaurar el medio ambiente y pueden provenir de diferentes sectores, desde la manufactura hasta servicios profesionales”. Es decir, hay una amplia variedad de este tipo de trabajos, ya sea que seas un analista de sostenibilidad en una empresa transnacional que se dedica a vender productos del hogar, un especialista en sostenibilidad en una organización sin fines de lucro, un gerente de sostenibilidad en un banco mexicano o un docente en temas de sostenibilidad.
Aunque parecen actividades muy diferentes, sectores distintos y roles con múltiples niveles de liderazgo, todos tienen algo en común: trabajan con la convicción de que el bienestar natural debe ir de la mano con el bienestar humano y que todo es posible si lo hacemos juntas y juntos. Hasta aquí esto suena muy romántico y hasta cierto punto aspiracional; sin embargo, aún hace falta hablar de la cara oculta de trabajar en esta área, una cara que solo pueden experimentar quienes tienen cierto tiempo dedicándose a esto.
El constante sentimiento de desesperanza
¿A qué me refiero con esta “cara oculta”? Es sencillo de sentir, pero difícil de explicar: trabajar dándolo todo y, a pesar de esto, darte cuenta de que aún hay mucho por hacer. Esto, combinado con la eco ansiedad, que de acuerdo con la American Psychology Association (APA) es “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático”, es sin duda una combinación compleja de manejar.
Cada que salen reportes nuevos, informes recientes, eventos o declaraciones científicas sobre temas de sostenibilidad, quienes trabajamos en esto los revisamos y, a la vez, nos informamos de nuevos escenarios y realidades. Desafortunadamente la mayoría de estos, para nosotros, son desalentadores, deprimentes, desilusionantes y frustrantes. ¿Cómo puede ser que, por más que te esfuerzas en hacer tus actividades y proyectos, buscando contribuir no solo a la empresa sino al planeta entero, sigan las manecillas del reloj avanzando hacia un momento incierto?
Es por eso que hoy reflexionamos sobre lo que implica trabajar en temas de sostenibilidad. Ya que no solo es como el resto de los trabajos, que conllevan una carga física y mental, sino también una carga emocional que día a día tienes que afrontar. Saber que la eco ansiedad puede llegar en cualquier momento del día o de la semana; reconocer que tú y tu equipo deben no solo hacer sus actividades, sino convencer a otras áreas y otros equipos de que la sostenibilidad no es algo bonito de hacer o tener, sino algo necesario, urgente e interdisciplinario. Trabajar no solo por tus proyectos y programas para lograr los objetivos de la empresa u organización, sino trabajar por una realidad más justa, más solidaria, digna y, en conclusión, sostenible.
Satisfacción por el bienestar del planeta
Es por todo esto que, aunque trabajar en temas de sostenibilidad no es fácil, vale la pena vivir la experiencia y saber que tu trabajo es mucho más trascendente de lo que piensas o te imaginas. Cada proyecto, cada programa, cada logro que haces va dedicado no solo a la empresa, sino al presente y futuro sostenible de las generaciones, al bienestar de cada ser vivo en el planeta y a poner ese granito de arena que hoy más que nunca se necesita.
Si los empleos verdes van en aumento, es momento de subirnos al tren, estudiar, capacitarnos, aprender y sumarnos. Se necesitan más personas haciendo el bien por el planeta. Un empleo en sostenibilidad es una gran responsabilidad, pero también una oportunidad de aportar en donde más se necesita, donde más alcance hay y donde es urgente actuar.
Vale la pena esforzarte, cansarte y, a veces, caer para poder levantarte y seguir luchando por el mismo objetivo común de las empresas y todas las personas: asegurar un planeta próspero, justo y sostenible para todo ser vivo. Cambiar la realidad es posible cuando nos reconocemos como agentes de cambio, responsables de nuestra huella en el mundo. La sostenibilidad no es un camino fácil, pero es el único que asegura un futuro en el que todas y todos podamos prosperar.
Trabajar en sostenibilidad es, sin duda, algo plausible para todas y todos.
Por: Kitzia Rodríguez S.
Ingeniera en desarrollo sustentable
Maestra en administración empresarial
Especialista en desarrollo sostenible
Dirección de Desarrollo Sostenible y Vinculación
Vicepresidencia de Inclusión, Impacto social y Sostenibilidad
Referencias: